Así, las dudas de la población se trasladan a toda decisión del día a día. Por eso han empezado las contingencias inmediatas, que ya salen del control de las autoridades, incluido el propio presidente Daniel Noboa.
Los ciudadanos consumen y gastan menos. Los precios de alimentos e insumos empiezan a subir aún más por la especulación. Los empresarios hacen números y ya aplican recortes de gastos. En el mejor de los casos, las madres piden pasar a teletrabajo para atender a sus hijos; muchas otras simplemente ya no pueden trabajar o dejan solos a sus pequeños por conservar el empleo. Hay temor.
El problema se agrava por la falta de información y liderazgo desde el Gobierno. Aunque se valora la intervención de los ministros del ámbito energético, en especial de Inés Manzano, no es menos cierto que el país votó por el Presidente. Y este es un momento duro, al punto que ya se lo compara con la pandemia.
Por eso la voz del presidente Daniel Noboa es imprescindible. Y los ecuatorianos debemos escucharlo. El silencio permanente puede interpretarse como la falta de control de la situación o que está confiado, y ambas agravan el problema.
El Presidente debe dirigirse a los ecuatorianos y no por TikTok. Quizá incluso en cadena nacional y decirnos la verdad.
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